Una parte de mí permanece congelada a causa de este melancólico invierno pasado y la otra quedó atrapada en la agridulce sensación de cambio.
¿Cómo vuelvo a aquellos lugares donde todo era posible, donde mi cuerpo moría de tanta felicidad?
Tal vez el verano, con sus días eternos y sus cálidas noches estrelladas, me regrese el aliento.