Sepa disculpar la intromisión descarada con que yo, un completo extraño salido de vaya a saber dónde, vengo a comentarle una de sus publicaciones. ¡Entiéndame, no pude evitarlo! No soy más que un pobre entusiasta de A Clockwork Orange (del libro y del filme, en ese exacto orden de preferencia). Llegué azarosamente a su acogedor espacio, realmente sin grandes expectativas -no lo tome como algo personal-, pero, sin embargo, fue entonces cuando la tierna imagen de la maripomanzana, sumada al excelentemente ubicado "Bienvenido, has llegado en el momento justo y al lugar indicado", a la sonriente fotografía de Malcolm McDowell sin camisa y a la canción que acababa comenzar a hacerse oír a través de los parlantes de mi equipo musical, no pudieron menos que complotarse para dejarme pasmado, maravillado, incrédulo al comienzo. Y entonces sucedió: creí, ciegamente y sin reservas, en la premisa de bienvenida de su blog. Realmente había llegado al lugar indicado y en el momento justo, como no podía ser de otra manera Que tenga un extrafurulesco día. Me retiro hasta luego.
2 comentarios:
Entiendo.
Y ahora qué pasa, ¿eh?
Sepa disculpar la intromisión descarada con que yo, un completo extraño salido de vaya a saber dónde, vengo a comentarle una de sus publicaciones. ¡Entiéndame, no pude evitarlo! No soy más que un pobre entusiasta de A Clockwork Orange (del libro y del filme, en ese exacto orden de preferencia).
Llegué azarosamente a su acogedor espacio, realmente sin grandes expectativas -no lo tome como algo personal-, pero, sin embargo, fue entonces cuando la tierna imagen de la maripomanzana, sumada al excelentemente ubicado "Bienvenido, has llegado en el momento justo y al lugar indicado", a la sonriente fotografía de Malcolm McDowell sin camisa y a la canción que acababa comenzar a hacerse oír a través de los parlantes de mi equipo musical, no pudieron menos que complotarse para dejarme pasmado, maravillado, incrédulo al comienzo. Y entonces sucedió: creí, ciegamente y sin reservas, en la premisa de bienvenida de su blog. Realmente había llegado al lugar indicado y en el momento justo, como no podía ser de otra manera
Que tenga un extrafurulesco día. Me retiro hasta luego.
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